Las patatas bravas son el buque insignia de nuestra gastronomía más castiza y tabernera. Es verdad que no las encontrarás en los restaurantes más elegantones, ni falta que les hace. Su éxito reside en la forma de freírlas y por supuesto en la salsa que allá por los 60 enamoró a todo nuestro país y al mundo entero.
Lo primero que tenemos que hacer es recordar cuantas veces hemos pedido unas patatas bravas en un bar y cuando las hemos catado… nuestro gozo en un pozo. Blandurrias, aceitosas o con una salsa que es barbacoa, kepchup o simplemente tomate frito, de todo menos una salsa brava en condiciones.
Ya sabemos lo que no queremos, así que ahora vamos a empezar por la salsa, para que cuando frías tus patatas, la tengas listas para el topping. En este enlace te explico cómo hacerla: Salsa brava receta

Ahora vamos a ver el modo de freírlas, que es el 50 por ciento del éxito de esta receta. Para un buen plato de patatas bravas para 2 o 3 personas necesitamos:
- 4 patatas (especial de freír)
- Medio litro de aceite de oliva (si no quieres usar de oliva, puedes usar girasol)
- Sal
Modo de preparación:
- Pelar y enjuagar las patatas. Cortar a cuadrados de un centímetro y medio de lado aproximadamente, no pasa nada si son irregulares, no buscamos la perfección. Si utilizas patatas mini con cortarlas por la mitad será suficiente.
- Poner a remojar las patatas en agua fría durante al menos 20 minutos. Sacar del agua, escurrir muy bien y espolvorear con un poco de sal.
- Calentar el aceite en una sartén o freidora a unos 130 grados. Si no tienes manera de saber la temperatura, es cuando el aceite está caliente, pero sin humear, a fuego medio-bajo. Freír las patatas durante unos 7 minutos a esta temperatura y sacar del aceite.
- Seguidamente, subir la temperatura a unos 190 grados y cuando el aceite comience a humear, introducir las patatas de nuevo en él y freír unos 5 minutos más.
- Sacar las patatas del aceite y poner sobre papel absorbente un par de minutos.
- Disponer las patatas en un plato y añadir la salsa brava por encima. Si quieres puedes añadir alguna hierba que te guste, hará un bonito contraste con el color de la salsa.
Notas
Como verás, en esta receta el truco, además de en la salsa, está en dividir en dos tiempos con distintas temperaturas el proceso de freírlas. También el remojo en agua con sal es importante. Estos detalles van a darle el punto crunchy que tanto nos gusta por fuera, mientras el interior de la patata quedará tierno y cremoso. Es lo que llaman Deep frying , técnica donde las altas temperaturas consiguen la capa crujiente deseada.
A veces uso las patatas pequeñitas y a estas solo les doy un corte por la mitad; las patatas para bravas nunca deben cortarse muy pequeñas.
Este modo de freír patatas es el mejor que conozco, no solamente lo hago para mis bravas, sino que hago igual mis patatas para guarnición, o mis patatas con salsa césar, que son todo un éxito cuando me reúno con mis amigos en casa. Te dejo con el enlace a mi salsa césar para que tengas más opciones para tus patatas: Cómo hacer salsa cesar