El tomate frito es una base para muchos platos diferentes y normalmente no falta en nuestras despensas. Últimamente vemos en los supermercados la versión casera de este alimento, pero no seamos ingenuos, no hay nada como el tomate hecho en casa con tomates naturales. Una vez que lo pruebas, ya no hay marcha a atrás…
Pero, ¿cómo hacer tomate frito casero? Hay diferentes maneras. Yo he aprendido de mi madre que lo hace con tomates maduros rallados y le sale a las mil maravillas. Hay quién lo prepara con tomate triturado de lata y el resultado está bastante bien, pero como siempre en la cocina, los ingredientes más frescos y más naturales dan mejores resultados.
Lo mismo pasa con la base de los guisos mediterráneos, los sofritos. Hay quien los hace con verdura congelada, pero el resultado no es tan rico. Te dejo un enlace donde te cuento varios trucos para que te quede perfecto: Cómo hacer un sofrito
Volviendo al tomate frito casero, al haber nacido en Andalucía, lo que he aprendido a hacer de mi madre es lo que se llama por mi tierra“fritá de tomate”, que lleva como complemento indispensable el aceite de oliva virgen y algunos vegetales. Esta combinación de ingredientes da lugar a una salsa con mucho cuerpo, que lo mismo te acompaña unos espaguetis, que la puedes usar para cuajar unos huevos, ya que es tan sabrosa que hace de cualquier comida un placer.
Vamos ya a recopilar los ingredientes para nuestro tomate frito casero o fritá andaluza para unas 4 raciones:
- 1 Kilo y medio de tomates maduros de los buenos
- 2 dientes de ajo
- Un pimiento verde italiano
- 1 cebolla
- 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada de azúcar
- Una cucharadita de pimienta negra molida
- 1 hoja de laurel
- Unas hojas de hierbabuena o albahaca
- Sal al gusto
El modo de preparación es el siguiente:
- Poner el aceite en una sartén amplia y calentar a fuego medio.
- Añadir los ajos laminados, el pimiento y la cebolla troceados.
- Sofreír hasta que las verduras se doren un poquito, sin llegar a quemarse. Esto dará más sabor a nuestra salsa de tomate.
- Mientras se hace el sofrito, partir los tomates por la mitad y rallarlos. Yo apuro al rallar y finalmente desecho el pellejo del tomate. Agregar a la sartén, junto con la pimienta, la sal y el laurel.
- Freír el tomate a fuego medio, removiendo frecuentemente. El objetivo es que se evapore el agua del tomate y nos quede una salsa espesa.
- A mitad de este proceso, probamos de sal y añadimos el azúcar para restar acidez al tomate. También añadimos la hierba aromática que más nos guste.