Hoy voy a contaros como hago mis torrijas de leche al horno, que ya está llegando la semana santa. Es increíble la gran cantidad de formas que podemos encontrar a la hora de preparar un dulce tan sencillo que apenas lleva cuatro ingredientes, pero tras siglos de historia, sus variantes son muchas. Yo ya he encontrado mi torrija ideal y espero que te guste tanto como a mí ; es menos calórica, ensuciamos menos la cocina y el resultado es espectacular.
Aunque este dulce tiene un origen algo incierto, tiene toda la pinta de haber nacido en Al-Andalus. Al menos, en esta época se hicieron más populares y se incorporó la canela, ingrediente muy utilizado en la cocina árabe, como se puede apreciar también en mi Receta de pisto de calabaza o alboronia, que también lleva este aromática especia.
Para hacer este manjar, suelo utilizar pan de barra que no sea precocida, sino de pan natural. Y como esta es otra receta de cocina de aprovechamiento, de esas que tanto me gustan a mí, el pan que usemos debe estar asentado porque tendrá más consistencia, y esto viene genial para que nuestras torrijas de leche al horno no se rompan al empaparlas con la leche y el huevo.
También hay quien está acostumbrado a hacerlas con pan de torrijas o pan de molde. Lo que me recuerda un poco a las Tostadas francesas con fruta (french toast), que son primas hermanas de nuestras torrijas. De todos modos, el uso de un pan u otro no va a impedir que mi receta de torrijas de leche al horno te quede rica, rica.
La dificultad de hacer torrijas está en calcular el tiempo exacto de inmersión del pan en la leche: mucho tiempo hará que se rompan al empaparlas y poco, supondrá que te queden secas. Creo que depende del tipo de pan, pero he calculado que no debe pasar de tres o cuatro segundos.
Estos son los ingredientes que necesitamos para una buena tanda de torrijas de leche:
- Una barra de pan grande asentada. Si te gusta más el tipo pan de torrija o molde, adelante.
- 1 litro y medio de leche entera
- 4 huevos
- 2 ramas de canela
- Una cucharada de ralladura de piel de naranja y lo mismo de limón, sin la parte blanca.
- 250 grs de panela o azúcar
- 2 cucharadas grandes de canela molida
- Una cucharada de cardamomo en polvo (opcional)
- Unas gotitas de agua de azahar (opcional)
Ahora que ya tenemos todos los ingredientes, podemos pasar a la acción e ir precalentando el horno a 180 grados:
- Poner a calentar la leche con las ramas de canela, la cáscara de limón y naranja, 3 cucharadas del azúcar y el cardamomo. (Calentar a fuego medio unos 15 minutos y aumentar el calor para que rompa a hervir, retirar del fuego). A mí me gusta hacer este paso de la receta unas horas antes y dejarlo macerar todo fuera del calor. Una vez está templada la leche, le añado unas gotitas de agua de azahar, 4 o 5.
- Cortar el pan de barra en rebanadas de 1 o 1,5 cms aproximadamente (el de torrijas o molde te ahorra este paso)
- Batir los huevos.
- Sumergir el pan en la leche el tiempo suficiente como para que se empape sin romperse (el tiempo de inmersión dependerá del tipo de pan). Sacar de la leche y presionar levemente con los dedos para retirar el exceso de líquido, aunque debe quedar bien impregnado. Este es el paso más delicado.
- Pasar las rebanadas por el huevo batido y colocarlas en la fuente del horno, que ya tenemos a 180 grados. Encender el grill y hornear de 5 a 10 minutos (dependerá de la potencia del grill) y dar la vuelta para dorar por ambas caras. Mientras se doran, echar el resto del azúcar y la canela en polvo mezclados en un recipiente amplio y reservar.
- Una vez que las torrijas estén doradas por ambas partes, sacar del horno e introducir en el recipiente del azúcar y la canela. Embadurnarlas con la mezcla, dándoles la vuelta varias veces y seguidamente ponerlas en otro recipiente donde las vayáis a conservar.
Ideas y sugerencias
Si te gustan más con miel que con azúcar y canela, solo tienes que variar el último paso: rebaja con un poco de agua un poco de miel templada y ponla en un recipiente. Mete tus torrijas horneadas en esta mezcla y ya las tienes.
Aunque siempre hay algún ansia viva en todas las casas, lo normal es comerlas una vez se enfrían. Observaréis que en el proceso de atemperarse, las torrijas van soltando algo de su jugo interno, que al mezclarse con su cobertura de azúcar y canela crean una suerte de melaza deliciosa, osea, que nada de pensar que estas torrijas quedarán más secas por no llevar miel, al contrario, quedan muy jugosas.