Esta receta de pisto de calabaza o alboronía es un plato de origen mozárabe que se preparaba en ocasiones especiales y también los viernes de cuaresma en los que estaba prohibido comer carne.
Podría decirse que es el origen de lo que actualmente llamamos pisto y según mi modesta opinión, también del famoso Ratatouille francés, por mucho que en el país galo se nieguen a reconocerlo.
Me encantan este tipo de platos a base de verdura donde todo es natural y la sencillez es lo que prima. En este plato se cumple la máxima de menos es más. Unas cuantas verduras de la huerta cocinadas de un modo sencillo y aderezadas con alguna especia. Realmente cuando tenemos materia prima de calidad lo mejor es no desvirtuar su valor nutricional con artificios, ya sea en el modo de prepararlos o en los ingredientes que les añadimos. Es lo que llamo “Simply food”, cocina sencilla con mucho sabor.
La calabaza y el uso imprescindible del pimentón son las diferencias más notables entre esta receta y el pisto común. También puede acompañarse con algún fruto seco, pero yo no le pongo porque me gusta más solo con la verdura, y muchas veces lo uso de guarnición con otro alimento, por lo que no me gusta añadirle más calorías.
De cualquier modo esta receta de pisto de calabaza o alboronía merece la pena. Tiene un sabor muy especial gracias al característico toque dulzón que da la calabaza, pero a mí me gusta darle un toque picante y atrevido como ahora verás…
Creo que hablar de dificultad en la elaboración de la alboronía sería un poco exagerado.
Ingredientes para 2 personas:
- 250 grs de calabaza
- 1 calabacín
- Berenjena, una mediana
- 1 tomate colorado
- pimiento verde y un trozo de pimiento rojo
- Media cebolla dulce
- Aceite de oliva virgen extra
- Laurel, pimienta negra molida, pimentón de la vera dulce y sal.
- Pasta de curry rojo tailandés (opcional)
¡Vamos a los fogones!
- Cortar la cebolla y los pimientos y sofreír unos 4 minutos con un poco de aceite de oliva.
- Echar al sofrito una cucharada pequeña de pimentón y remover 20 segundos.
- A continuación, poner el tomate a dados no muy grandes y sofreír 3 minutos removiendo con la cuchara de madera.
- Añadir el resto de las verduras previamente cortadas en dados no muy pequeños. Echar también el laurel, la pimienta, la sal y un poco de la pasta de curry rojo tailandés. Tapar y dejar a fuego medio unos 20 minutos.
- Finalmente comprobar si la verdura está tierna. A mí me gusta que la verdura quede al dente, pero ya sabemos que cada uno tiene sus gustos. Rectificar de sal y dejar al fuego algún minuto más si lo crees necesario.
Hoy comeré mi Alboronía sin acompañamiento, pero a veces le cuajo un huevo y tengo un plato muy completo, con proteínas y verduras.
Puedes ponerle un poco de hierbabuena y unas gotitas de limón, le darás un toque de frescor. Si te gusta con más tomate pues adelante, conseguirás un plato más parecido al pisto común.
Otro modo muy especial de coronar este manjar consiste en ponerle un poco de canela en polvo una vez emplatado y esto hará que te transportes directamente a los reinos de Al-Ándalus.
Espero que te haya gustado esta receta. Si es así, te gustará también la de Alcachofas en salsa de Tajine marroquí.