Hablar de tiramisú es hablar de Italia. Creo que no nos equivocamos si decimos que es el postre más representativo de este país. Su nombre significa algo así como “levántame el ánimo” y dicen las malas lenguas que se inventó en un prostíbulo…
La receta italiana de tiramisú está rodeada de mucho misterio. Además de las habladurías a pie de calle, hay un par de teorías más que sitúan su aparición allá por el siglo XIX e incluso en el XVII, en un entorno noble. De todos modos, no son muy creíbles, porque el uso del huevo crudo en la receta original era muy peligroso con los medios de conservación de alimentos que se tenían en ese momento… Por consiguiente, no se conoce como nació con seguridad. Puede que las malas lenguas tengan razón.

Ciertamente, es un dulce delicioso que destaca por la original combinación de ingredientes y por su textura ultra cremosa y esponjosa. Del mismo modo que otras recetas, como por ejemplo mi Bizcocho de calabaza con nueces, existen diferentes versiones de la misma, pero la receta italiana de tiramisú debe cumplir ciertas normas: el uso del café para humectar los bizcochos, el queso para aportar untuosidad y el topping de cacao en polvo.
El tiramisú incluye un toque de Marsala, pero como no tenía, lo he sustituido por un vino dulce de Jerez: Canasta Cream. El resultado me ha encantado. Igualmente, puedes usar el vino dulce que tengas a mano, Por lo demás, he sido fiel a la versión original.
Vamos a reunir los ingredientes que necesitamos para hacer la receta italiana de tiramisú para unas 6 porciones:
- 40 bizcochos de soletilla
- 5 huevos
- 500 grs de mascarpone
- 500 ml de café
- 30 ml de vino dulce
- 5 cucharadas de azúcar glass
- Cacao en polvo sin azúcar
¿Comenzamos?
- Primero, cascar los huevos y separar las claras de las yemas. Meter las claras en la nevera.
- Con ayuda de una varilla, batir las yemas con el azúcar glass, durante al menos 4 minutos.
- Después de esto, utiliza un bol amplio para poner el mascarpone y agregar las yemas batidas. Mezclar hasta que se integren perfectamente.
- En otro recipiente, montar las claras a punto de nieve con una pizca de sal. Puedes usar unas varillas eléctricas para facilitarlo.
- Seguidamente, mezclar con una paleta las claras montadas con la crema de queso y yema que tenemos reservada.
- Ahora, añadir el café y el vino dulce en un recipiente con fondo y mezcla. Empapar los bizcochos de soletilla evitando que se rompan.
- Colocar la mitad de los bizcochos en el fondo de la fuente y cubrir con la mitad de la crema. Repetir el proceso una segunda vez y meter la fuente en la nevera. Dejar reposar al menos tres horas.
- Finalmente, sacar del frío y con ayuda de un tamiz, espolvorear el cacao en polvo por toda la fuente de tiramisú.