Las tartas de queso siempre me han encantado. Su textura suele ser tan cremosa que no hay paladar que se resista. En esta tarta de queso con naranja tenemos esa cremosidad unida al refrescante sabor de la fruta. Una combinación que no falla y que no puedes dejar de hacer…
Hay muchos tipos de tarta de queso. Con frutas, con horno o sin horno, de un tipo u otro de queso… De todas ellas, esta es mi favorita. En primer lugar, al no llevar horno te ahorras el gasto eléctrico y el miedo a que el bizcocho no suba bien. Además, dada su sencilla elaboración, es un dulce ideal para que los más peques de la casa hagan sus primeros pinitos en el mundo de la repostería. Me recuerda bastante a otra tarta que me encanta y que también es muy fácil de hacer: Tarta con yogur griego (pastel turco)
Una vez aclarado que su dificultad es mínima, solo nos queda reunir los ingredientes necesarios para su elaboración en un molde de unos 18 o 20 cms:
- 150 g de galletas
- 100 grs de mantequilla
- 400 grs de queso tipo philadelphia
- 100 ml de nata especial para montar
- 75 grs de azúcar
- 6 láminas de gelatina neutra
- 500 ml de zumo de naranja natural sin la pulpa
Para la cobertura:
- 150 ml de zumo de naranja
- 4 láminas de gelatina neutra.
Ahora ya podemos comenzar a preparar la tarta de queso con naranja:
- Triturar las galletas en un vaso triturador hasta que queden hechas arenilla. Verter en un bol y añadir la mantequilla en punto pomada, o sea blandita. Mezclar hasta obtener una especie de masita untuosa.
- Poner las 6 láminas de gelatina en un bol con un poco de agua tibia para que se hidrate. La vamos a usar en el paso número 4.
- Forrar el molde con papel de plata o papel de hornear. Cubrir el fondo con la masilla de galleta, usando un vaso para presionar, de modo que quede uniforme y sin huecos. Seguidamente, metemos el molde en el congelador mientras seguimos con la elaboración de nuestra tarta de queso con naranja.
- Poner en un cazo el queso, el azúcar, la nata, los 500 ml zumo de naranja y las 6 láminas de gelatina hidratada. Calentar a fuego suave mientras vamos removiendo la mezcla con una varilla para que todos los ingredientes se integren y no queden grumos (si quieres, puedes batir la mezcla con la minipimer para ahorrarte esfuerzo). Nunca debe llegar a hervir. Una vez que todo este bien mezclado, retirar del fuego y dejar que enfríe durante unos 5 minutos.
- Sacar el molde de la tarta del congelador y verter la mezcla templada en el mismo. Dejar que termine de enfriarse unos 15 minutos y después introducir en la nevera durante al menos 4 horas. A mí me gusta dejarla toda una noche.
- Una vez que la tarta ha cuajado, podemos preparar su cobertura. Hidratamos las 4 láminas de gelatina en 150 ml de zumo de naranja. Una vez están blandas, las ponemos en un cazo y calentamos a fuego supersuave para poder disolverlas del todo. Retiramos del calor y esperamos a que la mezcla atempere un poco. Luego vertemos poco a poco sobre nuestra tarta y dejamos enfriar en la nevera hasta que la gelatina cuaje. Suele tardar unos 45 minutos.
- Desmoldar la tarta con cuidado y adornar como más nos guste. Yo le puse las rodajitas de naranja al centro.