Seguramente que a simple vista dirías que lo que ves en la foto es una cheesecake y la verdad es que lo parece realmente, además las frutas que lo acompañan nos llevan a pensarlo también, pero en realidad y como otras veces en el mundo de la cocina, estamos ante un trampantojo en toda regla, porque este apetecible dulce no ha visto el queso en su vida. Se trata de una deliciosa tarta con yogur griego de inspiración turca que he aderezado con unas frutillas del bosque y mermelada de fresa.
Si hay algo que cabe destacar de esta tarta con yogur es su textura ligera y esponjosa, que nos puede recordar un poco al pastel de queso japonés o la famosa tarta de la viña, pero sin queso. El sabor es muy delicado, ya que el yogur griego pierde parte de su acidez en el horneado y la cremosidad máxima, por ser un yogur con mucho cuerpo. También uso yogur, pero en este caso de limón en mi Bizcocho casero (muy fácil)
Además de todas las virtudes que te comento arriba, esta tarta divina no conlleva más dificultad que la de saber montar unas claras a punto de nieve. Y si no sabes aún, ya es hora de aprender.
Vamos a recopilar los ingredientes que necesitamos para elaborar este bocatto di cardinale en un molde de unos 18-20 cms:
- 4 yogures griegos
- 3 huevos grandes
- 40 grs de maicena
- 65 grs de azúcar o endulzante
- 15 o 20 galletas tipo maría
- Dos cucharaditas de postre de jengibre en polvo
- Una cucharada de agua de azahar
- Media cucharada de levadura en polvo
- Mermelada de fresa
- 150 grs de frutas del bosque variada
- 180 grs de mantequilla
Ahora que tenemos los ingredientes, es hora de ir encendiendo nuestro horno a unos 180 grados y empezar a preparar nuestra tarta con yogur griego:
- Lo primero es hacer una mezcla con los 180 grs de la mantequilla y el jengibre molido (Ginger butter). Para ello, la mantequilla debe estar en punto pomada, osea, blandita. Mezclar con las galletas previamente trituradas hasta obtener una pasta y cubrir el fondo del molde con ella, insistiendo en los bordes para que no haya escapes. Reservar en el frigorífico.
- Separar las claras de las yemas, añadir una pizca de sal y montar a punto de nieve con unas varillas eléctricas. Reservar en el frigorífico.
- En otro recipiente mezclar las yemas con el azúcar y batir hasta que salga espuma. Incorporar los yogures y el agua de azahar. Mezclar de nuevo para integrar todos los ingredientes.
- Es el momento de añadir las claras montadas que habíamos reservado. También echamos la maizena junto con la levadura tamizada. Con ayuda de una paleta debemos mezclar con movimientos envolventes para aglutinar bien todo.
- Recuperar el molde del frigorífico y verter la mezcla.
- Introducir en el horno y programar 40 minutos. Si pasado ese tiempo pinchas con un palito el centro de la tarta y sale mojado, déjala con el horno apagado unos 10 minutos más dentro. A partir de ese tiempo, puedes sacarla y dejar enfriar. Es bueno dejarla reposar en el frigorífico al menos una hora, así cogerá la consistencia perfecta.
- Una vez transcurrido ese tiempo, cubrir con la mermelada y acompañar con frutas del bosque.
Notas e ideas
Mi aportación personal a esta tarta con yogur griego ha sido añadir un poco de agua de azahar para aportar un delicado toque floral. También el hacer la base de galleta y ginger butter o mantequilla de jengibre, en lugar de con mantequilla común. Como resultado aportamos un matiz cítrico, pero si no te gusta, puedes prescindir de esta especia y hacer la base solo de mantequilla y galleta. Otra opción es añadir ralladura de limón, esencia de vainilla o cualquier ingrediente que se te ocurra para dar un toque personal a la base de tu tarta.
Seguramente ya se te habrá ocurrido que podemos preparar esta deliciosa tarta con otros sabores. Por ejemplo, puedes sustituir 2 de los 4 yogures que se necesitan para su elaboración por los yogures de sabores que más te gusten: fresa, limón, kiwi, etc. Eso sí, deben ser yogures normales, no bajos en grasa porque con estos no conseguiremos la textura y cremosidad características de esta tarta.