Romanesco recetas

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Esta col italiana llamada romanesco tiene un aspecto que sorprende, parece sacada de otro mundo. Un mundo futuro. En un intento de florecer que nunca culmina, repite una estructura fractal muchas veces y a diferentes escalas, las cuales a su vez son similares al todo. ¿Te atreves a cocinar este galáctico vegetal? 

Esta verdura es propia de los meses de invierno y podemos decir que tiene similitudes con la coliflor y con el brécol (su sabor sería una mezcla entre estos dos alimentos), aunque su textura es más crujiente que este último. En realidad, es una variedad de coliflor verde y tiene muchas de sus propiedades organolépticas. Si haces de tripas corazón y eres capaz de romper con un cuchillo tan bella estructura natural, puedes preparar deliciosas recetas con romanesco.

Romanesco
El romanesco es un vegetal con formas hipnóticas.

En cuanto a sus beneficios para la salud, son muchos, destacando su alto contenido en fibravitamina Cprovitamina Aácido fólicopotasio fósforo. Por si fuera poco, es muy bajo en calorías y produce menos gases que la coliflor. Te dejo un enlace donde puedes conocer más propiedades de este alimento: Romanesco, una verdura con excelentes propiedades

Sobre cómo cocinar este vegetal, hay muchas maneras. En principio, yo lo suelo cocer al vapor para conservar todas sus propiedades y luego ya lo uso para diferentes platos. Para ello necesitas un utensilio que es como una cestita metálica con agujeros o bien una vaporera eléctrica.

Yo lo hago con la cestita, te cuento cómo para que te quede perfecto:

  • Eliminar las hojas de la base
  • Lavar bien bajo el chorro de agua del grifo
  • Desgranar los ramilletes uno a uno
  • Colocar los trozos en la cestita para el vapor
  • Poner medio litro de agua en la olla, colocar la cestita en la parte superior de la misma y tapar
  • Dejar a fuego medio 10 minutos y pinchar uno de los trozos con el tenedor para cerciorarnos de que está listo Lo ideal es que quede tierno, pero al dente. Si se deshace, la textura no te gustará nada.

En cuanto a cómo comer el romanesco una vez que lo tenemos tierno, hay muchas maneras. Una de ellas, de las más sencillas y que a mí me gusta especialmente, es servirlo con una vinagreta de naranja y mostaza:

  1. Poner en un bol un poco de aceite de oliva de sabor suave junto con ralladura de naranja y meter en el microondas 10 segundos. Dejar enfriar.
  2. Añadir un poco de vinagre (una parte por cada tres de aceite), un poco de pimienta negra recién molida y media cucharada de mostaza dulce. Mezclar bien hasta que quede emulsionada.
  3. Poner los trozos de romanesco en una fuente y rociar con la vinagreta.

Como te he dicho más arriba, lo utilizo indistintamente una vez que lo tengo tierno, y es más versátil de lo que puede parecer. Te voy a dejar dos enlaces a otras recetas de este blog donde puedes sustituir el brócoli por romanesco:

 Pasta con brócoli y queso muy cremosa

Brócoli salteado con queso (o tofu si eres vegano)


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