Zanahorias aliñadas a la moruna

Zanahorias aliñadas a la moruna
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Esta receta de zanahorias aliñadas a la moruna me trae recuerdos de mi niñez. Recuerdo ir con mis padres a algunos de los bares del centro de Sevilla donde, sin pedirlo, te recibían con este aperitivo moruno. De elegante sencillez y de sabores intensos, llenaba muy dignamente ese rato que hay entre la primera caña o refresco y la llegada de las ansiadas tapas.

Zanahorias naturales
Las zanahorias son muy ricas en nutrientes y vitaminas.

Desde hace tiempo no las veo en las cartas de los bares ni las ofrecen como aperitivo gratis con la bebida, parecen haber pasado de moda. En parte es debido a la desaparición de muchos de los bares de Sevilla con más historia que han tenido que cerrar para dejar paso al progreso que ha llegado en forma de insípidas franquicias donde este tipo de comida parece no tener cabida.

Para mí, sin duda, es una receta 10 y cumple las tres bes: Bueno, bonito y barato. Además, puedes hacerlas en poco tiempo y combinarlas con diferentes ingredientes como te cuento más abajo. Estas zanahorias aliñadas a la moruna merecen pasar a formar parte de tus aperitivos favoritos.

Dificultad

¿Sabes hacer la O con un canuto?

Ingredientes para varios aperitivos:

  • 1/2 kilo de zanahorias
  • 75 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 3 dientes de ajo o 2, si te gusta menos fuerte
  • Comino en grano, orégano, pimienta negra molida y sal
  • Perejil fresco
  • Vinagre de jerez

¿Qué hago con todo esto?

  1. Pelar las zanahorias y ponerlas a hervir enteras. Este paso es quizás el más importante de esta sencilla receta: Si quedan duras, la textura no te gustará y si quedan demasiado blandas, tampoco. Deben quedar tiernas, pero que no se deshagan. Depende del grosor de la zanahoria, pueden tardar entre 15 o 20 minutos. Lo mejor es ir comprobando su dureza a partir del minuto 15 y si hace falta, las dejamos cocer un poco más.
  2.  Añadir los ajos sin el germen al mortero junto con el comino en grano, el orégano, la pimienta y la sal. Comenzar a moler con la maja hasta obtener una pasta. Añadir poco a poco el aceite hasta que consigas una textura cremosa. Luego añade el vinagre y remueve bien.
  3. Cortar las zanahorias en rodajas no demasiado finas. Disponer en una bandeja o plato llano y añadir el aliño del mortero por encima.
  4. Cortar el perejil finamente y espolvorear por encima. Poner a enfriar en la nevera un ratito antes de servir.

Merece la pena preparar este entrante para esa hora del mediodía en que te entran ganas de comer lo primero que pillas. Este aliño, si no te pasas con la cantidad de vinagreta, es muy ligero y te va a aportar un montón de betacaroteno. Para mí, la diferencia la marca la cocción de la zanahoria (como ya te dije en el primer paso de la receta), la calidad del aceite y el orégano, que si lo compras en rama en el mercado, vas a notar la diferencia. Aunque si no te agrada el sabor de esta planta, con comino, pimienta y perejil queda perfecto también.

Si no eres vegano

Este es un aperitivo tan rico y sano que no necesita nada más. Otra cosa es que queramos convertirlo en un plato único que nos sacie más. Yo he probado añadiéndole una lata de atún al natural y está muy rico.

Otra variante es añadir unos daditos de queso feta que, con su característica acidez, le da un contrapunto muy interesante al dulzor de la zanahoria.

Anímate a preparar esta receta y dale una oportunidad a esa bolsa de zanahorias que reclama tu atención desde el cajón de las verduras. Y ya sabes, si no te gusta el orégano o el comino lo puedes sustituir por tomillo, romero… Todas las hierbas comestibles del campo le van bien a este aliño.

 

 

Notas

A veces en la sencillez está la perfección y lo importante es saber combinar los ingredientes. En este caso, el dulzor de la zanahoria recibe un gran contraste con las especias y el punzante vinagre de Jerez, consiguiendo un maridaje único en esta receta de zanahorias aliñadas a la moruna.

Es fundamental usar perejil fresco para poder beneficiarnos de su alto contenido en hierro y además le aporta ese binomio de color que nos alimenta la vista también. Y nunca mejor dicho…

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