Para llegar a hacer estos buñuelos de calabacín y cúrcuma, parto de una receta muy propia de Sevilla. Son esas tortillitas o buñuelos de bacalao que hacían nuestras madres y abuelas que están deliciosos y para los que se necesitan muy pocos ingredientes.
En casa de mis padres siempre las comía de bacalao y casi siempre antes o durante la Semana Santa. Es una de esas recetas que se hacían para evitar comer carne durante la Cuaresma, pero se pueden hacer de cualquier cosa que se te ocurra y el día del año que se te antoje. Así que yo he hecho buñuelos de calabacín.
Me encanta comer estos buñuelos recién sacados de la sartén. Su masa crujiente por fuera y suave por dentro me parece deliciosa y soy incapaz de esperar a que se enfríen. También puedes hacerlos tipo tortitas, como en la foto de abajo, utilizando solo un poco de aceite en la sartén para que no se pegue la masa y dorándolas dándole vuelta y vuelta.
Como otras de mis recetas de aprovechamiento, esta surgió de buscarle utilidad a un par de calabacines que estaban un poco olvidados en el cajón de las verduras. Además, tenía ganas de hacer mi propia versión vegetariana de estos buñuelos, que realmente admiten cualquier ingrediente para su elaboración.
Finalmente, el resultado es un bocado de sugerente textura con el delicado dulzor del calabacín. La cúrcuma, además de color, le aporta un matiz de almizcle muy elegante y, en conjunto, ¡el bocado no puede ser más perfecto!
Dificultad:
La que tiene cuidar de la temperatura del aceite. Tiene que estar a unos 180 grados para freírlas unos dos minutos hasta dorarlas sin que se quemen. Si el aceite no está lo suficientemente caliente, te saldrán blandas y aceitosas, o sea, nada apetecibles. Además, si usas aceite de oliva virgen te aseguras de no ingerir sustancias tóxicas para el cuerpo, ya que es un aceite que soporta mejor las altas temperaturas y esto hace que no se degrade con el calor como otros aceites vegetales.
Ingredientes:
Para 4 personas (como entrante).
- 150 cl de agua
- 160 grs de harina
- 10 grs de levadura
- 200 grs de calabacín
- Una cebolleta o media cebolla dulce picada
- 1 huevo
- perejil
- Aceite de oliva
- Media cucharada de cúrcuma
- Un poco de pimienta negra molida
¿Por dónde empiezo?
- Pelar y trocear en cuadros pequeños los calabacines. Para ponerlos tiernos yo los hago al vapor, como mucho tardan unos 10 minutos. Otra opción es ponerlos en el microondas en un recipiente y taparlos con film transparente. Tardarán también como 5 minutos en ponerse blandos. Retirar el líquido que suelten y reservar.
- En un recipiente poner los 150 ml del jugo que han soltado los calabacines o el agua que queda de ponerlos al vapor, la levadura, la cúrcuma, la pimienta negra, un poco de sal y mezclar.
- Ayudándonos con un tamizador, vamos añadiendo también la harina a la vez que vamos removiendo con una cuchara de madera.
- Añadir el huevo batido, el calabacín bien escurrido, la cebolla y el perejil. Dejar reposar la mezcla durante unos 35 o 40 minutos en el frigorífico.
- Remover bien y freír en abundante aceite muy caliente si quieres buñuelos o con unas gotas, si quieres tortitas. Como medida, usar una cuchara grande bien llena, intentando coger en cada cucharada de masa trozos de calabacín para que estén bien rellenos. Usar una espumadera para darles la vuelta y sacarlos cuando estén dorados.
No olvides…
Ponerlos sobre papel absorbente antes de ponerlos en el plato o recipiente donde vayas a presentarlos.
Como en todo, el libro de los gustos en cocina está en blanco y el arte de cocinar requiere de atrevimiento e imaginación, así que no te cortes y prueba a añadir diferentes especias a tus buñuelos: Azafrán, currys de distintos colores, jengibre… cada una de ellas aportará un matiz en tu paladar y un color diferente a tus buñuelos de calabacín.
Y si te gustan las recetas con vegetales, puede que te animes también con mis recetas de:
Receta de pisto de calabaza o alboronia
Puré de batata vegano con especias