Una de los aspectos que más me maravillan de cocinar es la alquimia que hace que un alimento se transforme mediante el calor y la mezcla con otros ingredientes en algo sublime. Si decimos espinacas con garbanzos estilo andaluz, algunos pueden pensar que da igual el lugar donde se hagan: todos los platos a base de espinacas son aburridos y sosos. Nada más lejos de la realidad… Este plato con reminiscencias árabes hará vibrar tu paladar.
Todos sabemos de los beneficios que las espinacas pueden aportar a nuestra salud, pero por más que me gusten, jamás me verás comiendo unas hojas de espinacas hervidas. Este tipo de actos temerarios son los que hacen que las personas no coman verduras o abandonen las dietas al segundo día. No es solo qué comemos, sino cómo lo comemos.

A las verduras hay que empoderarlas con otros elementos que les den gracia: Especias, salsas, majaos, vinagretas... Quizás, al hacerlo añadimos algunas calorías, pero créeme, a la larga es mejor así, porque te va a apetecer incluir vegetales en tu menú semanal. Del otro modo solo te las comerás obligado por un endocrino.
Hay muchas maneras de animar las verduras y esta receta de espinacas con garbanzos cremosas y chispeantes es un claro ejemplo de lo que hablo. Este plato es un clásico en los bares tradicionales del sur. No en todos ellos las hacen igual, porque ya sabemos eso de que “Cada maestrillo tiene su librillo”, pero sin duda es un plato tradicional andaluz que hace las delicias de los viajeros veganos que visitan la ciudad.
Es recurrente en todas las versiones de las espinacas con garbanzos estilo andaluz, el sabor especiado y ese toque canalla consecuencia de añadir un elemento ácido a un plato caliente: Vinagre. En este sentido me recuerda, salvando las distancias, a la Caponata siciliana, plato a base de berenjenas y otros vegetales, donde el toque punzante también viene dado por el uso de este ingrediente.
Y si nos ponemos a comparar, el resultado lleno de matices también recuerda a la receta india del Palak paneer, por el resultado untuoso y porque comparten algunos de sus ingredientes además, de las espinacas, como el comino, el cilantro, el ajo… Desde luego, si hay algo que no falta en estas espinacas con garbanzos a la andaluza es el continuo estímulo que se produce en el paladar desde que empiezas a degustarla; un auténtico terremoto de sabor en la boca.
Dificultad
No hay que ser Dabiz Muñoz.
Ingredientes
Para 4 personas
- 700 grs de espinacas congeladas
- 200 ml de salsa de tomate casera (puedes freír unos tomates rallados o comprar algún bote al estilo casero)
- 100 grs de pan blanco asentado
- 4 o 6 dientes de ajo
- 100 ml de vinagre
- 150 ml de aceite de oliva virgen extra
- Media cucharada de comino en polvo
- Media cucharada de cilantro en polvo
- Pimentón de la Vera dulce
- 150 grs de garbanzos cocidos
- Un poco de pasta de curry rojo tailandés (opcional)
Vamos a ello…
- Poner una olla a calentar con bastante agua y un poco de sal. Cuando comience a hervir, echar los dados de espinacas congeladas. Dejar unos 8 minutos. Escurrir y reservar un poco del caldo de la cocción. Pasar las espinacas a una sartén mediana.
- Usar una sartén pequeña con 2 dedos de aceite de oliva para confitar los ajos. Debe hacerse con el fuego suave y con los ajos enteros. Si nunca has confitado no te preocupes, es muy fácil: Se trata de cocinarlos a fuego muy suave en el aceite para que se pongan blandos, pero no se lleguen a dorar. Más o menos los tendremos que tener unos 15 minutos, aunque para que estén realmente confitados tardaríamos más, pero con que estén medio tiernos nos valdrá para esta receta. Retirar y reservar.
- Dorar el pan en el mismo aceite de los ajos.
- Poner en el vaso de la batidora los ajos pelados junto con el pan frito, un poco de sal, 200 ml del caldo de la cocción de las espinacas, la salsa casera de tomate, la pasta de curry y el vinagre. Batir hasta obtener una textura cremosa. Reservar.
- Para este paso vamos a usar la misma sartén pequeña de antes. Si quedó poco aceite después de freír el pan, debemos agregar más para que tenga al menos 150 ml. Calentar y echar una cucharada de pimentón, media cucharada de comino y lo mismo de cilantro. Mover la mezcla durante unos segundos para que el calor revele todo el potencial de las especias y volcar sobre las espinacas hervidas.
- Añadir los garbanzos bien enjuagados. Remover con una cuchara de madera a fuego suave durante un par de minutos.
- Añadir la mezcla del vaso de la batidora y remover de nuevo. Dejar a fuego suave unos 15 ó 20 minutos removiendo de vez en cuando. Si vemos que están muy densas podemos añadir un poco de líquido de la cocción de las espinacas. Rectificar de sal si es necesario.
Sugerencias para dar un toque actual a este plato:
Al igual que al Palak paneer, el plato de la gastronomía india que antes cité, el queso le va que ni pintado. Puedes ponérselo rallado y gratinar al horno o añadir unos dados 2 minutos antes de retirarlo del fuego, de modo que el queso se ablande con el calor y se derrita en tu boca a cada bocado.
Yo, a veces, acompaño mis espinacas con garbanzos a la andaluza con nachos, pero también puedes añadirles picatostes fritos o al horno. Ni que decir tiene que el pan de pita es una excelente opción también.
Para los que no sois veganos, las podéis acompañar con un huevo escalfado o un huevo duro a modo de rodajas sobre las espinacas, una vez las has emplatado.
Ya veis que aunque es una receta que tiene varios pasos, no hay que tener una estrella michelín para hacerla. Se trata de encontrar el punto que más te guste en cuanto a la cantidad de ajo y especias.
Espero que te haya gustado mi propuesta y te animo a probar también otras receta veganas:
Zanahorias aliñadas a la moruna
Alcachofas en salsa de Tajine marroquí