La cocina andalusí es aquella que surgió durante la dominación árabe, que duró ni más ni menos que casi 800 años. Por ello, es normal que en muchas recetas de la gastronomía española aún resuenen los ecos de esta cultura milenaria que nos ha dejado platos tan espectaculares como este.
Nada me gusta más que el contraste de sabores en mi paladar, y esta receta de berenjena a la miel de caña lo tiene. Si además, a este atractivo contrapunto, le sumamos una textura crunchy irresistible, ya no se puede pedir más. Sobra decir que es uno de mis platos favoritos. En realidad, me encantan las recetas con berenjenas en general, como verás en otros post de mi web, por ejemplo en Recetas con berenjenas rellenas (sin horno)
Hay quien puede pensar que no es una receta muy saludable porque son fritas y llevan miel, pero te aseguro que sí lo es; simplemente hay que freírlas correctamente y usar la cantidad justa de miel de caña, que al tener un sabor más intenso que la miel común, no necesita mucha cantidad para conseguir ese toque de dulzor que buscamos.
Vamos con unos truquillos para que la berenjena a la miel de caña te quede perfecta:
- Elegir unas berenjenas con la carne firme va a influir mucho en el resultado final.
- Hacer un buen rebozado evita que la berenjena se empape en aceite.
- Freír en aceite muy caliente y evitar bajadas bruscas de temperatura en este proceso.
- Utilizar siempre papel absorbente una vez fritas, antes de emplatar.
Los ingredientes que vamos a usar para nuestra 4 raciones de esta receta son:
- Una berenjena firme
- 75 ml de miel de caña
- 500 ml de cerveza
- 120 grs de harina de garbanzo (también vale harina de trigo)
- Aceite de oliva suave
Ahora podemos comenzar con nuestra receta:
- Cortar ambos extremos de la berenjena y enjuagarla bien. No pelar.
- Cortar a lo largo por la mitad. Luego, cortar las dos mitades en forma de bastones no demasiado finos, al menos deben tener un dedo de grosor.
- Poner sobre papel absorbente y añadir sal. Cuando hayan sudado, darles la vuelta y repetir. La sal hace que eliminen parte del amargor.
- Sin quitar los restos de sal, sumergir las berenjenas en un bol o recipiente con la cerveza. Dejarlas unos 5 minutos en remojo.
- Sacar de la cerveza y escurrir.
- Enharinarlas y freírlas en abundante aceite cuando este comience a humear. Voltear para que se doren por ambos lados. Sacar y poner sobre papel absorbente.
- Emplatar y añadir la miel de caña en forma de hilos finos, puedes ayudarte con la ayuda de un tenedor.