Ajoblanco (sopa de almendras andaluza)

Ajoblanco (sopa de almendras andaluza)
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Esta receta de ajoblanco o sopa de almendras andaluza siempre ha estado entre mis favoritas por su sencillez y elegancia. Este delicioso entrante es una de las sopas frías más antiguas de Andalucía.

En su origen, estas cremas o sopas frías se hacían a golpe de mortero y hay quien dice que les gustan más así, pero con las batidoras podemos ahorrar mucho tiempo y hacer más sencilla su preparación.

El origen del ajoblanco podemos encontrarlo en la gastronomía andalusí, donde los frutos secos eran muy apreciados y formaban parte de muchos de sus platos, así como las especias.

almendras para ajoblanco
las almendras eran muy apreciadas en la cocina andalusí.

Más tarde, con la llegada del tomate desde las Américas, aparecen numerosas variantes de sopas refrescantes que todos conocemos, entre ellas el gazpacho y el salmorejo.

Todas estas recetas tienen en común el uso del aceite de oliva virgen extra y muchas de ellas el uso de miga de pan para dar cuerpo y textura, aunque yo hace tiempo que en el gazpacho sustituí el pan por una zanahoria y me sale igual de espeso pero con menos calorías y más vitaminas.

El ajoblanco es un ejemplo de cómo combinar unos pocos ingredientes consiguiendo un resultado sublime. Muy sencilla de preparar y con ingredientes muy saludables. Todo un clásico que nunca pasa de moda.

Ingredientes para 2 personas

  • 100 grs de almendras crudas peladas
  • 100 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 150 grs de pan blanco asentado
  • 1 diente de ajo
  • Brotes de rábano (opcional)
  • Semillas (opcional)
  • 30 ml de vinagre de jerez (… a poder ser, si no, el que tengas a mano)
  • Sal

¿Qué hacemos?

  1. Poner a remojar la miga de pan y las almendras en medio litro de agua fría. Dejar que empapen bien unos minutos.
  2. Poner en el vaso de la batidora lo que teníamos en remojo con todo el agua. Echar el ajo sin el germen, el vinagre y la sal.
  3. Batir a velocidad media a la vez que vamos añadiendo el aceite poco a poco para que vaya emulsionando y quede todo ligado. La textura debe quedar parecida a una mahonesa pero más ligera.
  4. Guardar en la nevera hasta que lo vayamos a comer. Debe servirse muy frío.

 

Sugerencias

El ajoblanco podemos acompañarlo con diferentes frutas como uvas peladas, bolitas de melón, gajos de mandarina…

Yo, en esta ocasión lo he acompañado con unos brotes de rábano y unas pipas. El chorrito de aceite de oliva cuando lo servimos que no falte, porque es como cuando te vistes y al final te pones una joya, eso es justamente el aceite de oliva. Solo con su color embellece cualquier plato.

Si llegaste hasta el final es que te gustan las cremas o sopas vegetales así que te recomiendo también que pruebes mi Crema de espárragos verdes


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